Conocí a Carlos y a Àngel en medio de una crisis.
Tenía que volar por motivos laborales, pero no quería estar en ese avión, había tenido que medicarme para poder afrontar el vuelo y estaba muy nerviosa.
Atravesando esa situación, una auxiliar de vuelo me presentó a Carlos, el comandante, y a Ángel, su copiloto. Fue el comienzo de un viaje que me ha llevado a entender mucho mejor los procesos que se desencadenan en mi interior cada vez que me planteo volar.
La tranquilidad que transmiten y el conocimiento abrumador del que disponen sobre su profesión y todo lo que la rodea, hace que compartir con ellos este camino, orientado a superar mi miedo, haya sido un proceso amable y paulatino.
Hace dos años un vuelo a Madrid o Bilbao eran una auténtica odisea para mí. Después de sentirme acompañada por Carlos y Ángel he viajado a Roma, Polonia, Navarra, Madrid, Dublín y estoy planeando mi primer vuelo transatlántico.
Siendo sincera, no afronté todos estos viajes de la misma manera, algunos fueron realmente bien, pero en otros experimenté esa punzada de miedo de nuevo, sin embargo, ahora siento que tengo las herramientas para entender qué es lo que pasa por mi cabeza y soy capaz de gestionarlo.
No les puedo estar más agradecida.
No se me ocurre mejor compañía para comenzar a enfrentar ese miedo que te impide disfrutar del hecho de volar.